miércoles, 4 de noviembre de 2009

Situaciones que enfrentamos en el desarrollo de nuestra sexualidad


Esta página tiene como objetivo brindar a los(as) promotores adolescentes, herramientas metodológicas que les permita desempeñarse como facilitadores de temas sobre sexualidad, Salud Sexual y Reproductiva a fin de que se conviertan en multiplicadores en sus clubes.

Contribuyendo al proceso de formación y educación de los adolescentes mediante el acompañamiento, la socialización y el intercambio de vivencias propias. Aportando a construir su identidad y vida futura, con su núcleo familiar y su comunidad.

Como una forma de reconocer el derecho de los adolescentes a ser escuchados y tomados en cuenta, así como de reconocer sus capacidades de generar cambios.

Se integra la estrategia de educación entre pares (de adolescente a adolescente) y la metodología participativa. Así se adquieren y comparten nuevos conocimientos a través de la reflexión, facilitando las condiciones para el proceso de comunicación, información y educación practica y científica de los adolescentes.

Muchos de nosotros hemos experimentado inseguridad, temor, vergüenza, intranquilidad con nuestra sexualidad. La información incompleta o distorsionada que recibimos con frecuencia puede causarnos problemas de ansiedad.

Por ejemplo, te has preguntado alguna vez por qué tu papá y tu mamá te enseñaban el nombre correcto de todas las partes de tu cuerpo excepto el de los genitales; la mano siempre fue la mano, el ojo siempre fue el ojo, pero el pene o miembro genital masculino lo nombraban: la pollita, la palomita, la pirinola, etc. y la vulva o parte genital de la mujer, es llamada el pancito, la cosita, y otros nombres que tu conoces.

Además, cuando hacemos preguntas sobre el tema a nuestra mamá, papá, abuela o tío, se ponen colorados, nos regañan o nos responden otras cosas que ya sabemos.

Lo cierto es que también ellos cuando, eran pequeños, tuvieron los mismos problemas que tú y yo. Sus familiares tampoco sabían como hablarles del tema así que aunque hoy son adultos, fueron adolescentes y muchos comentaban de este tema con sus amigos y amigas y a veces con sus maestros y maestras.

En ocasiones nos sentimos confundidos: por un lado nuestros padres prohíben la práctica de nuestra sexualidad, sobre todo a las hijas y por otro, la misma sociedad fomenta las oportunidades para que se lleven a cabo. Los medios masivos de comunicación nos invitan con estímulos sexuales a través de imágenes y mensajes, por ejemplo, que se ven en las novelas y películas.

También nuestros amigos y novios nos presionan para iniciar la actividad sexual a temprana edad.

Los adolescentes recibimos información diferente y contradictoria. Las canciones, las películas, las series de televisión nos mandan mensajes que nos invitan a tener relaciones sexo - coitales; pero la familia, la iglesia y muchas personas tienen otra opinión.

Para que no nos cause conflictos necesitamos contar con información correcta y adecuada sobre la sexualidad, que nos permita tomar las decisiones correctas. Lo mejor es platicarlo en un ambiente de confianza, libre de miedo y sin presión. Esto contribuirá a vivir nuestra sexualidad en una forma sana y responsable.

Amor y relaciones sexuales

El amor y las relaciones sexuales no necesariamente están unidos. Una persona tiene su pareja y puede tener relaciones sexo - coitales con otra sin estar enamorada. Es el caso, por ejemplo, de los hombres que pagan a la prostituta por tener relaciones sexuales con ella; o de hombres que teniendo su pareja, buscan otra mujer cayendo en la infidelidad.

Lo ideal es que en las relaciones sexuales exista amor, respeto y confianza entre la pareja, que son los pilares fundamentales para una relación placentera y satisfactoria.

En la actualidad las mujeres están asumiendo un control mayor de su cuerpo y están aprendiendo a disfrutar del placer sexual. Ellas se están reconociendo como personas y exigen reconocimiento. A su vez, el hombre está aprendiendo a expresar sus sentimientos que antes se consideraban prohibidos.

No obstante, la radio, la televisión, los periódicos y revistas, siguen enviándonos mensajes sobre las relaciones sexo - coitales desligadas del amor, donde el dormir con una persona desconocida es lo máximo.

La realidad es que cuando lo intentamos no pasa lo que vemos en la tele y nos sentimos frustrados, inseguros, y hasta ridículos.

Recordemos que las relaciones sexo - coitales, además de ser placenteras y ser parte del amor, conllevan una gran responsabilidad.

Desde el momento en que las practiquemos corremos el riesgo de contraer alguna enfermedad, o bien de embarazar a alguien o de quedar embarazada.

Tener relaciones sexo - coitales es una decisión muy seria porque está en riesgo nuestra pareja, nosotros mismos y tal vez un niño o una niña, que podríamos procrear. Si tomamos la decisión de practicarlas debemos protegernos.

¿Qué ocurre en las relaciones sexuales?

Desde que vemos a una persona que nos gusta hasta el momento cuando nos besamos y nos acariciamos ocurren muchas cosas. Nos dan sentimientos y sensaciones muy agradables y nuestro cuerpo comienza a reaccionar. Esta reacción es la que se conoce como respuesta sexual humana.

Las reacciones del cuerpo se dividen en tres fases: el deseo, la excitación y el orgasmo.

El deseo: Es un conjunto de sentimientos y sensaciones ligadas al enamoramiento y a la atracción física por alguien. Es nuestra primera disposición para dar y recibir placer sexual.

La excitación: es la respuesta sexual orgánica, en la que ocurre la erección del pene en el hombre y la lubricación vaginal en la mujer.

El orgasmo, es también conocido como el climax o irse, puede ocurrir como resultado de una masturbación o la manipulación de los órganos sexuales sin penetración (irse seco) o una relación coital.

Es el momento de mayor intensidad y se acompaña por contracciones genitales placenteras, que en el hombre producen generalmente la eyaculación o expulsión de semen. En las mujeres el orgasmo se manifiesta a través de contracciones de la vagina, produciendo sensaciones placenteras desde los órganos genitales que van avanzando hasta todo el cuerpo.

Asimismo en el caso de las mujeres aumenta su lubricación vaginal. Estas sensaciones son subjetivas y por lo tanto son únicas y Personales

Las relaciones sexuales ocurren por diversas razones. Una de ellas es cuando dos personas se quieren, desean estar cerca, se excitan y sienten la necesidad de tener una relación íntima. Tienen una sensación agradable física y emocionalmente.

Es importante mencionar que cuando dos personas están excitadas su deseo de tener relaciones sexo - coitales es tan fuerte, que difícilmente se puede frenar o detener aunque antes uno de los dos o ambos estuvieran decididos a no tenerlas.

Lo más importante antes de llegar a este punto, es tratar de pensar con anticipación si estamos o no preparados para tomar la decisión correcta, es decir, tener conciencia de lo que deseamos y hacemos, y que podamos asumir nuestra decisión como algo que nos pertenece, sin temores, ni recelos y sobre todo, hacernos cargo de sus consecuencias.

Una relación entre personas que se aman, que confían el uno en el otro y planean una relación estable puede ser mucho más satisfactoria que aquellas dominadas por la pasión de un momento. Pero si a pesar de todo deseas tener relaciones sexo - coitales y/o coitales sin amar a la otra persona, piensa en los riesgos y toma las precauciones necesarias.

¿Cuándo estamos preparados o preparadas para tener relaciones sexuales?

Estar preparados para tener relaciones sexuales placenteras y seguras significa:

  1. Haber madurado física y emocionalmente para saber y hacernos cargo de la experiencia
  2. Iniciar un proceso de acercamiento y confianza con la otra persona
  3. Conocer nuestro cuerpo y el cuerpo de nuestra pareja sexual, en cuanto a su anatomía y funcionamiento
  4. Tener un respeto profundo de sí mismo y por la pareja; ser capaces de exigir y compartir el placer con la otra persona
  5. Saber que pueden haber consecuencias como un embarazo, una enfermedad de transmisión sexual o una infección por VIH/SIDA.


La relación sexual es algo tan hermoso, tan importante y tan serio en la vida de cada quien que implica una gran responsabilidad ante sus consecuencias, no sólo en el sentido que resulte un embarazo; sino en que realmente nos sintamos bien con nosotros mismos cuándo las experimentemos.

¿Qué nos puede pasar si tenemos relaciones sexuales sin estar preparados?

Tener relaciones sexuales sin estar preparados, puede llevar las siguientes consecuencias:

  • Un embarazo no deseado o una enfermedad de transmisión sexual o el VIH/SIDA.
  • Sentimientos de culpa por haber hecho algo que no está de acuerdo a nuestros valores, porque pensamos que hicimos algo malo o prohibido.
  • Desencanto porque nos habíamos hecho la idea de que era otra cosa más placentera.
  • Desconcierto por haber hecho algo de lo que no teníamos cuenta exacta.
  • Miedo a que se den cuenta personas que censurarían nuestra conducta como incorrecta.
  • Ser víctima de abuso, por no tener control de la situación.
  • Sentirnos atados o amarrados a la otra persona, por no haber franqueado su virginidad.


EL EMBARAZO EN LA ADOLESCENCIA

El embarazo en la adolescencia tiene muchas consecuencias, en el cuerpo de la joven, consecuencias emocionales y consecuencias sociales o relacionadas con la familia, amigos y la sociedad en general.

Desde el punto de vista médico la madre y el niño corren riesgos de salud por la inmadurez de los órganos sexuales. Para la adolescente el parto generalmente es más complicado. También hay riesgos de un aborto o de un parto prematuro o un parto por operación. El niño corre el riesgo de nacer con bajo peso y talla o con malformaciones físicas. Muchas complicaciones pueden ser detectadas durante los controles antes del parto.

Los cambios emocionales que atraviesa la adolescente (rebeldía, ambivalencia, necesidad de independencia, confusión ante su imagen corporal, etc.) se suman a los cambios que implica el embarazo. Esto produce ciertos sentimientos como el miedo, temores, ansiedad, desequilibrios emocionales que se manifiestan por depresiones, intentos de aborto y fantasías de autodestrucción o suicidio.

En el entorno social generalmente existe un rechazo inicial de la familia, del novio, de la escuela y de la sociedad en general. Con esto la adolescente embarazada se puede sentir minusválida, con baja autoestima, con deseos de suicidarse, etc. Los padres que ven el embarazo de su hija soltera como una desgracia. Se sienten culpables y en vez de apoyarla culpan a su hija, hacen reclamos, muchas veces hasta la maltratan físicamente.

En ocasiones la obligan a contraer matrimonio a temprana edad que en la mayoría de los casos resulta en divorcio.

Las adolescentes abandonan sus estudios, no tienen ya futuro profesional y enfrentan una frustración personal.

En la mayoría de los casos la adolescente sigue viviendo en la casa de sus padres o se traslada a la casa de sus suegros, esté casada o no.

Así, se hace más dependientes de los padres o suegros y se ven obligadas a someterse a las reglas familiares dada su necesidad de apoyo.

Los roles cambian: los abuelos asumen el lugar de padres. Esto produce confusión en los adolescentes y en el bebé, porque para él la primera relación con su madre es de madre - hermana. En esta etapa de nuestra vida no tenemos la suficiente estabilidad económica, para hacer frente a las necesidades del nuevo ser y disfrutar de nuestro papel de padres y/o madres.

Todo embarazo en la adolescencia es considerado un embarazo de alto riesgo, por esta razón debemos asistir a los controles médicos regulares.


CONTRIBUYENDO A NUESTRO FUTURO

Posponer, Abstenerse y Prevenir

Hablar sobre embarazo en las adolescentes es un tema tan difícil para todas y todos nosotros. Muy pocos adolescentes varones quieren embarazar a su novia y muy pocas muchachas quieren embarazarse.

Entonces, ¿qué es lo que nos pasa? Nos orientan en la casa, nos dan información en la escuela, en los centros de salud, y sin embargo, en el momento, cuando estamos con nuestra pareja, pareciera que no pensamos, sino que sólo sentimos. ¿Te has puesto a pensar las razones por las que no nos cuidamos de un embarazo?

Nosotros, los adolescentes siempre llegamos al momento en que debemos decidir el inicio de nuestra vida sexual activa. Una de las decisiones para no correr riesgo es posponer el inicio de las relaciones sexuales. El posponer esta relacionado con la abstinencia.

La abstinencia es no tener relaciones sexuales. Cada vez es más difícil abstenernos porque constantemente estamos expuestos a situaciones en que tanto nuestras hormonas como el amor hacia la otra persona nos impulsan a una relación sexual.

Además los medios de comunicación nos incitan a las prácticas sexuales tempranas porque allí sólo se observa el placer, no se presenta las consecuencias, y en todo caso es solo una película, no es realidad.

Los amigos dicen que la abstinencia es anticuada y se burlan cuando no hemos tenido relaciones sexo - coitales, pero es nuestra decisión, por eso recordemos:

La abstinencia es el único método 100% efectivo de prevenir embarazos.

El impulso sexual, el deseo y el amor por una persona, las ganas de experimentar y tener sensaciones nuevas, son una gran motivación. Pero también es cierto que podemos controlarnos y tomar la decisión de posponer la relación sexo - coital para un momento en que estemos mejor preparados.

Aunque nos sentimos maduros e independientes y nuestro cuerpo está preparado para tener una relación sexual genital plena, estamos en un proceso de desarrollo donde no hemos definido muchas cosas de la vida, donde un día estamos seguros de una cosa y al día siguiente queremos otra. Además nos sentimos intensamente enamorados de una persona y creemos que es el amor de nuestra vida y después de un tiempo pensamos lo contrario.

El no estar seguro de lo que queremos o de lo que somos, hace que no estemos preparados para enfrentar la maternidad o la paternidad.

Debemos tener presente que nuestra pareja está compartiendo un momento agradable, pero no sabemos que tan preparada está para enfrentar una situación de crisis. Muchas veces la pareja se ausenta cuando más la necesitamos y esto nos causa mucho dolor.

Si tus creencias religiosas no te permiten las relaciones sexuales, puedes sentirte culpable, haciendo algo que no está de acuerdo con tus valores. Además puedes tener un embarazo no planeado que cambie tu vida.

Para ayudarnos a mantener la abstinencia se recomienda:

  • Habla con tu pareja acerca de tu decisión. Asegúrate de que él o ella entiende como te sientes. No lo hagas cuando tú o tu pareja están sexualmente estimulados. Es mejor hablar de estas cosas antes y en un ambiente relajado. Planea lo que vas a decir.
  • Si no te sientes listo para una relación coital, no provoques.
  • Evita tener encuentros en tu habitación, en el carro o en un lugar solitario u oscuro.
  • Evita las drogas (incluso el licor) estas substancias parecen darte valor, pero sólo impiden tu habilidad de juzgar y razonar.


Recuerda que las decisiones de tu sexualidad son sólo tuyas. Si decides permanecer abstinente o inactivo sexualmente es tu responsabilidad.

Si tu pareja no respeta tus decisiones, es posible que necesites pensar si la relación vale la pena. ¿Realmente quiere compartir tu corazón y tu cuerpo con él o ella?

En caso que nos decidamos a tener relaciones sexo - coitales debemos prevenir. La forma más segura y adecuada es usar un condón. Si además tú, como mujer, quieres asegurarte de no quedar embarazada puedes usar pastillas anticonceptivas.


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